Al leer esas aseveraciones, llego a la conclusión de que o Nart ha leído más de alguna vez a Terrassa en la Mira o que sin haberlas en el plano ideológico, sí existen paralelismos en la triste percepción que emana de la casta política hispana. Pero esta coincidencia no es difícil, porque basta mencionar a cualquier político en una reunión de más de tres personas, para que quede clara la opinión adversa y airada de la inmensa mayoría de ciudadanos, aunque luego veamos a algunos dejándose golpear el lomo por uno de sus criticados, con una enorme sonrisa de fingida satisfacción en la boca.
En una conferencia ante unas 50 personas, Nart ha pedido que, en el caso de que sean tontos, "vayan a su casa y pidan perdón por lo memos que son, y dejen de ser tontos peligrosos" pero que, si son golfos --refiriéndose especialmente a casos de corrupción-- deberían ir a la cárcel.
El político que ha hablado ante unos 50 empresarios en una conferencia organizada en Barcelona por el Foro España, ha centrado sus ataques contra la creciente corrupción política y lo poco que hacen los partidos por detenerla.
En torno a la poca democracia que existe en las formaciones políticas, ha destacado, igual que lo ha hecho Terrassa en la Mira en infinidad de oportunidades, que estas tienen una estructura de secta dictatorial en la que no están en las listas los personajes por sus méritos, sino por dedazo.
Así es como los altos dirigentes de las administraciones, más que buenos estadistas, que ni siquiera lo son, son simplemente charlatanes para desgracia del país. Y mientras mejor charlatán es, más arriba llega... Y así nos va.
Aunque no debemos olvidar que cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
Así es la vida. así son y así están las cosas.