La segunda jornada de fiestas no estuvo exenta de anécdotas, de la mayoría de las cuales fuimos testigos, aunque no de la primera que les narramos y que da título a esta nota que tal como nos la contaron, se la contamos...
Durante el último viaje de un autobús del transporte municipal hacia un barrio terrassense, el chofer se vio precisado a salir de su asiento para permitir manualmente que bajara una persona en su silla de ruedas. Dejó abierta la puertecilla que contiene el monedero y las máquinas de cobro y cambio. Pues bien, una niña de corta edad que iba con su abuela que estaba más por el chafardeo que otra cosa, se alejó de ella, se arrodilló en la puertecilla abierta y en pocos segundos hizo caer no sabemos si todas pero al menos una buena parte de las monedas de cambio.
El chofer, con cara de resignación, asistido por la abuela, logró recoger el contenido desparramado.
El Dúo Dinámico, desató emocionesOtras dos anécdotas ya las hemos recogido en la información titulada "Un sábado de locura y entusiasmo en la Festa Major de Terrassa", pero se las volvemos a ofrecer.. Una de ellas fue que un grupo de chavalas de entre catorce y 16 años, seguía atentamente cada una de las canciones de Manuel de la Calva y Ramón Arcusa y una señora, picada por la curiosidad les preguntó "¿Y vosotras qué hacéis aquí?" Y una de ellas sonriendo le respondió "es que eran los ídolos de nuestros abuelos o nuestros padres""¿Después iréis a ver a Chenoa?", repreguntó la dama, pero la misma chica la dejó de piedra: "No, esa está pasada de moda".
La segunda tuvo como protagonista a un anciano de más de setenta años. Estaba solo y serio. Parecía ausente, pero desde que comenzaron los primeros sones de la música inolvidable del Dúo Dinámico y mientras duró el espectáculo, el buen hombre no dejó de llorar y sonreir entre lágrimas. ¡Cuántos recuerdos y qué historia se condensarían en cada canción!
Nos confundimos a Ivet Vidal con ChenoaLa distancia con el escenario instalado en la Plaza de Los Catalanes, ocasionó que confundiéramos a la joven cantante terrassense Ivet Vidal finalista de La Voz con la inconfundible Chenoa. La voz de Ivet no era la misma de la hispannoargentina, pero su calidad acrecentó nuestro error.
No obstante, un rato después y de regreso al escenario que habíamos dejado para ver el Correfoc de Festa Major, nos encontramos con la verdadera Chenoa con su voz y estilos inconfundibles. En todo caso, buena la actuación de la de Terrassa y apoteósica la de Chenoa.
Manel Pérez fue fotógrafo por unos instantesMientras disfrutábamos del espectacular Correfoc, pudimos observar al teniente de alcalde de Serveis a les Persones, Cohesió i Benestar Social y concejal delegado de Educación, Manuel Pérez, enfrascado en captar con su móvil las imágenes del momento. Poco antes habíamos escuchado el comentario de que por la Plaça Nova, el alcalde Jordi Ballart también estaba fotografiando al inmortal Dúo Dinámico.
Una vieja sacó de un banco de la Plaça Vella a un grupo de sorprendidos jóvenesEso de que la juventud de ahora no es igual a la de antes, quedó anoche en entredicho, cuando una vieja -no se merece mejor calificativo- muy puesta ella entre maquillaje y pelo teñido de rubio, nos dejó boquiabiertos mientras descansábamos en la Plaça Vella.
Muy cerca nuestro, ocupando un banco, estaban charlando alegremente cuatro jovencitos, hasta que aparecieron cuatro simpáticas damitas no mayores que ellos. Pues bien. Uno de los chavales se levantó para dar un par de besos a cada una y para su sorpresa, la nuestra y la del resto de chicos y chicas, la señora de marras se coló y se sentó en el sitio del galante jovencísimo caballero.
Pero eso no fue todo. No conforme con haberle arrebatado de mala manera el asiento al chaval, la mujer se dirigió a los otros tres en tono imperativo y les preguntó primero y exigió después
-Què feu aquí? Hala! Fora!
Asombrados los chicos, se levantaron y se unieron al resto del grupo. Sin embargo, como al parecer de la anciana estaban demasiado cerca, les conminó.
-Fora.. Fora. Fugiu d'aqui, anar-vos lluny d'aquí!
Y se quedó tan contenta y tranquila, esperando que aquellos sitios los fueran ocupando selectivamente gente de su entorno. Los muchachos, nayuralmente, se marcharon.