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Imagen de Ana Belén Rodríguez |
Previamente a la elección, tres concejales juraron a sus cargos, diez lo prometieron, nueve lo hicieron por imperativo legal y otros cinco, también apelando al imperativo legal, añadieron que trabajarían hasta conseguir la independencia.
Posteriormente, dijaron posición sobre las acciones de sus partidos,, los antiguos alcaldables del PP, la CUP, Ciutadans, CiU, ERC-MES y PSC. Como es habitual, la demagogia, la continuidad de promesas, las soluciones fáciles, las abstracciones, las utopías marcaron cada uno de los discursos, dejando en el ambiente la sensación de que con caras y partidos nuevos, todo seguirá igual, quizás con resultados italianizados que en nada favorecerán a ese cambio real que todos ofrecen sin explicar cómo ni menos de dónde saldrán los medios.
Finalmente se produjo la elección, con la victoria de Matilla con 11 votos, seguido por Ballart, 9, Fernández, 3 y 4 en blanco. Ballart, al no haber obtenido nadie la mayoría absoluta, asume el cargo como ganador de las elecciones. Finalmente de realizó investidura de Jordi Ballart como alcalde para los próximos cuatro años, si la gfragmentación, claro está, lo permite.