En la ficha R-21 del Pla Especial de Protecció del Patrimoni de Terrassa hallamos la referencia a la Casa Carles Pagès, un bello edificio de ladrillo rojo situado en el número 32 de la calle de Puig Novell, que se halla protegido com Bien Cultural de Interés Local (BCIL) por sus valores históricos y arquitectónicos. Fue construido en el año 1905 y forma parte de la colección de obras que legó a la ciudad el arquitecto Lluís Muncunill.
Inscrito dentro de la corriente arquitectónica del Modernismo, este edificio posee una gran sencillez y parece inspirado en el estilo industrial que Muncunill imprimió a algunas de sus obras, fundamentalmente por el uso del ladrillo en la práctica totalidad de la fachada.
És un edificio situado entre medianeras que ocupa una finca estrecha, siguiendo los cánones del casal terrassense (5 metros de ancho) y consta de planta baja y dos pisos. Como en otros trabajos del insigne arquitecto modernista, el planteamiento estético es totalmente simétrico, exceptuando la planta baja, en la que, tal vez por la estrechez de la parcela, Muncunill optó por una puerta y una ventana situada a su derecha, bajo la cual se percibe la presencia de un respiradero que comunica con el sótano de la vivienda.
El piso superior aparece marcado por un balcón que atraviesa toda la fachada y al que se accede a través de dos oberturas. La baranda de hierro no se permite concesiones y mantiene la misma sobriedad que el conjunto de la fachada. No corre lo mismo con la reja de la ventada del piso principal, que es algo más ornamental. Igualmente exenta de ornato aparece toda la fachada, que solo acentúa con arcos también de ladrillo las distintas oberturas.
El conjunto acaba rematado por una cornisa moldurada que plantea una ondulación. Bajo la misma, en el segundo piso de la vivienda, se abren tres oberturas con arco rebajado, formando una galería.
José Luis Montoya / ARQUITERRASSA
Inscrito dentro de la corriente arquitectónica del Modernismo, este edificio posee una gran sencillez y parece inspirado en el estilo industrial que Muncunill imprimió a algunas de sus obras, fundamentalmente por el uso del ladrillo en la práctica totalidad de la fachada.
És un edificio situado entre medianeras que ocupa una finca estrecha, siguiendo los cánones del casal terrassense (5 metros de ancho) y consta de planta baja y dos pisos. Como en otros trabajos del insigne arquitecto modernista, el planteamiento estético es totalmente simétrico, exceptuando la planta baja, en la que, tal vez por la estrechez de la parcela, Muncunill optó por una puerta y una ventana situada a su derecha, bajo la cual se percibe la presencia de un respiradero que comunica con el sótano de la vivienda.
El piso superior aparece marcado por un balcón que atraviesa toda la fachada y al que se accede a través de dos oberturas. La baranda de hierro no se permite concesiones y mantiene la misma sobriedad que el conjunto de la fachada. No corre lo mismo con la reja de la ventada del piso principal, que es algo más ornamental. Igualmente exenta de ornato aparece toda la fachada, que solo acentúa con arcos también de ladrillo las distintas oberturas.
El conjunto acaba rematado por una cornisa moldurada que plantea una ondulación. Bajo la misma, en el segundo piso de la vivienda, se abren tres oberturas con arco rebajado, formando una galería.
José Luis Montoya / ARQUITERRASSA